"Hace cuarenta y tres años, al maestro Sabicas lo liaron para que grabara un disco con el fumeta de Joe Beck, y a éste tuvieron que explicarle que el gitano de la guitarra no era mexicano, y que no iba a fusionar rock con rancheras. Ambos se taparon la nariz, y grabaron Rock Encounter. Respiraron aliviados cuando terminaron las grabaciones, se despidieron cortesmente, y, para sus adentros, dijeron aquello de Santo Tomás, una y no más.
Con su mesaje venía esta maravillosisima zambra:Este fin de semana, intentando salvar algunos de los cientos de mp3 que tengo de los tiempos del Napster en discos que se están estropeando (cumplen su "ciclo vital", tienen más de diez años), me encontré con Rock Encounter, y me ha pasado eso que dices que te ocurre con algunas canciones, que te enganchas. Lo llevo escuchando desde el domingo. Un disco perfecto, tan flamenco como rockero, con el aire psicodélico de los años jipis y unas palmas y jaleos que recuerdan a las grabaciones antiguas de la Niña de los peines o Vallejo, o de las sevillanas de la Feria en el Prado de San Sebastián.. Sin este disco, Smash, Triana, Imán y Pata Negra habrían sido los Padres Fundadores de la fusión del flamenco con el rock. Pero hubo quien lo hizo antes."
Me quedé maravillado. No es que no me pase a menudo, pero esta vez, con fundamento.
Del maestro Sabicas se sabe todo ya. Virtuoso, gitano y republicano (aunque del orden d elos adjetivos uno nunca puede estar seguro) este pamplonica es sin duda uno de los más grandes maestros de la guitarra flamenca de todos los tiempos. Un tipo claro y directo. En unas declaraciones a El País, poco antes d esu muerte, decía: "El flamenco no tiene más que un camino. El público muchas veces no comprende lo que es el flamenco. Si a la gente le gusta una cosa, pues tienes que tocar eso, cantar eso. Pero cuando es el flamenco puro... con la verdad se va a cualquier lao del mundo. No importa que por el momento no te comprendan, ya hablarán de ti".
Sabicas era un gitano cabal. Se hizo famoso con el mote que le pusieron de pequeño por su pasión por las habas. Como muchos gitanos viejos y famosos, era un tipo presumido. Algunas de sus grabaciones en video sólo pueden verse con el sonido bien alto para que la magia de su dominio de la guitarra nos impida fijarnos en la imagen: a menudo usaba un peluquín poco afortunado que, en cualquier otro, habría parecido hasta ridículo (es un clásico lo de los señores con peluquín que, como el Administrador de la Facultad, ignoran descaradamente el color original del pelo, casi siempre cano, que les queda; se diría que temen menos al contraste entre sus pelo gris y esa mata pelirroja que les tapa dignamente la calva que a ésta misma).
En cuanto al virtuosismo, dicen los entendidos que, por un lado, aportó "recursos técnicos hasta él inéditos: picar en los sextos, arpegiar en todas las cuerdas, alzapúas con el dedo pulgar solo", que han sido asumidos definitivamente por todos los grandes guitarristas posteriores. Otros de esos tipos que tanto saben hablan de "rasgueados atronadores, relampagueantes picados y técnicas de pulgar, cristalinos arpegios y trémolos, sorprendentes efectos de acordes y ligados". A mí me transmite dulzura, compás, equilibrio. Toca de manear prodigiosa, muy rápido y muy limpio; parece que técnicamente perfecto. Lo oyes y te cala hondo, y lo entiendes.
Es curioso que en el mundo de la guitarra flamenca parece haber un antes y un despues de sabicas, pero se presenta siempre como competición con Niño Ricardo, guitarrista más tradicional, mucho menos innovador pero que se quedó en la España de Franco. Es una de esas dualidades que tanto nos gustan, el bueno conocido por español, frente al brillante desconocido por extranjero. Ahí es famosa la frase de Paco de Lucía, resumiendo su propia trayectoria:
"Yo, hasta que descubrí a Sabicas, pensaba que Dios era Niño Ricardo, y de alguna manera yo aprendí de su escuela y de su estilo, pero cuando conocí a Sabicas , me di cuenta de que en la guitarra había algo más. Con Sabicas descubrí una limpieza de sonido que yo nunca había oído, una velocidad que igualmente desconocía hasta ese momento y, en definitiva una manera diferente de tocar. A partir de aquí, no es que me olvidara de Ricardo pero sí pude añadir a mi aprendizaje la manera de tocar de Sabicas y la transformé para hacerla mía". En fin, que nadie duda de que Sabicas, autodidacta y genio absoluto inventó la guitarra flamenca actual.
De su pasado como precursor de la fusión, en cambio, no tenía ni idea.
"Yo, hasta que descubrí a Sabicas, pensaba que Dios era Niño Ricardo, y de alguna manera yo aprendí de su escuela y de su estilo, pero cuando conocí a Sabicas , me di cuenta de que en la guitarra había algo más. Con Sabicas descubrí una limpieza de sonido que yo nunca había oído, una velocidad que igualmente desconocía hasta ese momento y, en definitiva una manera diferente de tocar. A partir de aquí, no es que me olvidara de Ricardo pero sí pude añadir a mi aprendizaje la manera de tocar de Sabicas y la transformé para hacerla mía". En fin, que nadie duda de que Sabicas, autodidacta y genio absoluto inventó la guitarra flamenca actual.
De su pasado como precursor de la fusión, en cambio, no tenía ni idea.
Resulta que en 1966 un productor americano le propuso a Sabicas que hiciera un disco a medias con Joe Beck. Éste, recientemente fallecido, fue un guitarrista afamado, aunque siempre segundón. Tocó con Miles Davis, Duke Ellington y James Brown y se especializó en fusión hasta hacerse bastante famoso también por sí solo. En 1966 la fusión flamenco-rock ni se pensaba en España (impresiona evocar la visita de los Beatles con sus monteras toreras y las crónicas de la época), aunque en los Estados Unidos sí que había ciertas experiencias, intentos más bien. Cuentan que para la sesión contrataron a tres de los músicos más en boga en el Nueva York de aquellos días: un jovencísimo Tony Levin al bajo, Warren Bernhardt al piano y Donald MacDonald en la batería. Los tres tocaban ya en grupos conocidos y han seguido después su carrera acompañando a músicos más famosos aún. En todo caso estaba claro que la figura era Sabicas (muchísimo más conocido en los USA en aquella época que en España) y Joe Beck actuaba de músico invitado.
A Sabicas, tan clásico él, la idea no le entusiasmaba, de hecho declaró que "a mí no me gusta el rock ni el jazz. Lo hice porque mi hermano Diego quería que abarcase otros campos para vender más". Será por ello que los críticos americanos observan, con razón, que Sabicas va por libre, que no sigue para nada a la banda. El toca su flamenco y entremedias se cuela el jazz-rock de Joe Beck y los músicos de sesión. Así que más que fusión es infusión, unos pegados a los otros.
El resultado, sin embargo, es peculiar, original.
Pero aparte de como suena lo fundamental del disco es que debería figurar en cualquier manual de esos tipo "como parecer un flipado por la música sin tener que estudiar". Más de uno hay que cada vez que alguien habla de gente tipo Ketama, los Delinqüentes o Bebe, tiran del disco de Sabicas para contar lo antigua que es la fusión. Otros prefieren usarlo para las típicas peleitas entre friquis de la música; no es difíicl encontrar discusiones subidas de tono: que si el disco de Sabicas no se vendió hasta 1970 y los Splash sacaron uno en 1971 que no podía ser copia de ese, que si los Doors incluyeron un tema en 1968 que también era flamenco fusión, ... pequeñas discusiones sobre el encaje de bolillo de la historia. Innecesarias para disfrutar a Sabicas y Joe Beck.
1 comentario:
Hola,
Estoy impresionada con tus blogs.
Eso.
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